Las caries dentales se presentan en la más temprana infancia, incluso en la primera década de vida. En la Argentina, el 87 por ciento de los menores de 12 años, unos 7 millones de chicos, está afectado por caries dentales, según indican estudios epidemiológicos
La primera dentición es el proceso por el cual el bebé corta sus primeros veinte dientes, diez en el maxilar superior y diez en el inferior. Esta dentición temporaria está constituida, en cada cuadrante de la boca, por dos incisivos, un canino y dos molares. Estos últimos son reemplazados por los premolares permanentes. Los tres molares definitivos no tienen correspondientes en los temporarios.
Los dientes de leche son más pequeños y más blancos que los permanentes. Si bien cuando se caen son huecos, estos dientes poseen raíz, por debajo de la cual se va formando el diente definitivo. Cuando éste se encuentra ya desarrollado, comienza a reabsorber la raíz de su antecesor, el cual, al perder todo sostén, cae irremediablemente. Este proceso se inicia alrededor de los seis años de edad.
Hay quienes creen, erróneamente, que las caries en los dientes de leche no requieren curación porque estos se caen de todos modos. Sin embargo, el cuidado de la primera dentición es de suma importancia, pues si estos dientes están enfermos pueden afectar a los permanentes, que se están formando.
Un método para prevenir las caries es la ingestión, desde los primeros meses de vida, de una dosis diaria de flúor, prescripta por el pediatra o el odontólogo. De este modo, el flúor se va incorporando a la estructura del diente de leche que se está formando y, más tarde, hará lo mismo con los dientes definitivos en su etapa de formación. El flúor, al pasar a formar parte de la estructura cristalina del esmalte, hace que éste se vuelva más resistente al ataque del ácido y de los microorganismos.
Si el agua que bebemos tuviera suficiente flúor, como sucede en algunas, no sería necesario tomar dosis adicionales. Por esto, el pediatra prescribe la dosis de flúor adecuada según las características de cada región. El exceso puede resultar tóxico y llega a producir manchas en los dientes.
Los especialistas recomiendan la ingestión de flúor, en gotas o en pastillas, hasta la edad de doce años. Después de esa edad, ya han salido los dientes definitivos. Una alternativa a la ingestión de flúor es la tropicalización con flúor, que realiza el especialista en su consultorio. Sus efectos duran unos seis meses. El barniz con flúor, en cambio, tiene una duración de alrededor de un año. El inconveniente es que resulta más costoso.