La halitosis es un problema serio que puede afectar a cualquier persona que no se lave adecuadamente los dientes o directamente, que no se los lave. Con toda probabilidad es algo que le causará problemas a la hora de comunicarse con otras personas, como complejos, inseguridad, timidez y muchos más que podrán aparecer. Se puede incluso desarrollar una personalidad solitaria, por temor a tener contacto con otras personas y que noten el mal olor.
Todos en algún momento hemos tenido mal aliento pero ha sido causa de alguna comida, de haber dormido, de fumar o algo por el estilo. Nada grave que no se pueda arreglar con un buen cepillado de dientes. El tema de la halitosis es mucho más complicado, no se arregla con un cepillado de dientes, sino que requiere medicinas y complicados tratamientos de salud bucal.
El mal aliento proviene de las bacterias que todos tenemos viviendo en la boca. Éstas procesan las proteínas de los alimentos que comemos y en ese proceso se eliminan gases de azufre, que son los causantes del mal olor. Estas bacterias se sitúan casi en cualquier zona de la boca como pueden ser dientes o encías, pero, sobre todo, donde más se sitúan es en la lengua.
Seguro que alguna vez te has lavado los dientes pero aún notabas mal sabor u olor de boca. La mayoría de las personas olvidan limpiar la lengua y no conocen la importancia que tiene ese simple gesto.
La halitosis puede aparecer también por alguna enfermedad, como por ejemplo algún problema dental, un simple resfriado, problemas en las vías respiratorias, problemas de hígado… En alguno de estos casos, basta con tomar el medicamento correspondiente según la enfermedad para que el mal aliento desaparezca, pero eso no quiere decir que no haya que lavarse los dientes, eso hay que hacerlo siempre.
Los especialistas en salud bucal afirman que si no se tiene una buena higiene bucal, las bacterias se podrán depositar en las encías y, si eso ocurre, es mucho más difícil de tratar la halitosis.
Recuerda entonces: lávate bien los dientes como mínimo tres veces al día ¡y no olvides tu lengua!