Del dorado al platino, el cabello rubio está más de moda que nunca. Para un brillo y color siempre impecables, requiere cuidados específicos.
Rubio californiano, ¡lo último!
Esta técnica de coloración toma su nombre del look surfero de las playas de Santa Mónica, aunque para recrearla no siempre haga falta volar hasta California: en el salón se consigue combinando hasta tres tonos de rubio en un sofisticado juego de mechas y reflejos para imitar el efecto decolorante del sol sobre el cabello claro. Más oscuro en la raíz, algo más claro en medios y muy rubio y luminoso en puntas. Este look, que llevan estrellas como Gisele Bündchen o sarah Jessica Parker, tiene la ventaja de parecer muy natural y, además, permite espaciar las visitas al salón al evitar el temido “efecto raíz”, especialmente en las mujeres que tienen una base castaña clara o rubia oscura, que pueden mantener este look con solo dos visitas anuales al salón de peluquería.
Sólo para ellos: productos ultraespecíficos
En un mercado cosmético cada vez más rico y variado, no faltan champús ni mascarillas creados exclusivamente para cabello rubio, especialmente interesantes para gamas más claras (rubio champán, platino o incluso totalmente decolorado). Marcas como John Frieda, Jacques Dessange y Franck Provost (en su gama específica para peluquería) o Schwarzkopf Professional poseen estas gamas. Y para el cabello muy, muy claro, nada como hacer uno de cada cinco lavados con un champú para cabello canoso: sus pigmentos de color violeta contrarrestan un posible reflejo amarillento.
¡Quiero una solución!
Problema 1:
Color apagado
Cuanto más claro sea el cabello, más transparente y traslúcido. Por eso se verá más en él cualquier traza de color, sea una mancha de lápiz de labios (¡ay, esos mechones que se van a la cara y se pegan con el gloss!) o los residuos que dejan en el cabello la contaminación, los productos de peinado o incluso algunos champús. Esta acumulación hace que el pelo parezca mate y sin vida. Un buen remedio es usar un champú de arrastre una vez cada seis lavados para una limpieza más profunda.
Problema 2:
Pérdida de brillo
Cuando el cabello se clara más de dos o tres tonos, hace falta decolorar. Para ello, el experto ha de usar un “mordiente” o agente capaz de abrir la cutícula y arrastrar fuera del interior del cabello la melanina que le da color para luego añadir ya el color deseado. Este proceso, más agresivo cuanto mayor es la diferencia entre el color natural de base y el tono del tinte, altera la estructura de la cutícula y hace que la luz no se refleje de forma tan perfecta en ella. Esto conlleva una pérdida de brillo, más cuanto más dañado esté el cabello. Para evitarlo, nada como devolver la suavidad perdida a la cutícula mediante gestos como secar siempre con el chorro de arriba abajo, usar acondicionador y mascarilla y, en caso de cabello muy dañado, recurrir a sérums que sellen la cutícula y la protejan.
Problema 3:
Color anaranjado
Un problema frecuente en los cambios más drásticos de cabello oscuro a claro, especialmente si la base tiene subtonos rojizos, cobre o anaranjados. En este caso, es importante acudir a un buen colorista que puede realizar primero una decoloración para, posteriormente, y según responda el cabello, aplicar el tinte del tono deseado. Para mantener el color, es importante evitar la radiación solar.
Claro y fino
El diámetro del cabello rubio es el más pequeño de todos los tipos de pelo: cuanto más claro, más fino es el cabello. Pero, en cambio, suele haber una mayor densidad capilar, ¡aunque pueda no parecerlo! Por esa razón, a menudo el cabello naturalmente claro tiene poco volumen y requiere de trucos como peinar boca abajo o en contra de la dirección de crecimiento del cabello para hacerlo parecer más abundante. En ocasiones, las propias mechas o el tinte consiguen este efecto, sobre todo si se usan en combinación con algún producto que aporte volumen en la raíz.
Ideas naturales ¡y eficaces!
Vinagre, especialmente el de manzana. Su pH ácido ayuda a sellar y cerrar la cutícula, aumentando el brillo. Usado en el último aclarado, ayuda a contrarrestar el efecto calcáreo de las aguas “duras”.
Manzanilla. Una receta muy antigua que ayuda a mantener el tono en los cabellos naturalmente claros. Para aprovechar sus cualidades, hay que hacer una infusión concentrada y dejar que actúa en el pelo a modo de mascarilla, siempre en el último aclarado.
Limón. Su zumo es un aclarante natural cuando se combina con la acción del sol: basta vaporizar una pequeña cantidad del mismo durante un día de campo o playa para conseguir un efecto luminoso. Recomendado sólo para cabello castaño claro o rubio, y siempre recordando que posteriormente hará falta hidratar mucho el cabello, ya que tiene un efecto ligeramente secante sobre la fibra capilar.