El gran problema de tener celos

Los celos pueden considerarse normales en el sentido de que todos tenemos miedo a perder la persona que amamos. Pero el problema es que van más allá de ese miedo normal, y se convierten en la expresión de un instinto de posesión caso enfermizo.
Los celos son una expresión ansiosa y hasta un poco enfermiza de los sentimientos. Para no llegar a este punto, y que se queden como una expresión sana de nuestros sentimientos, debemos saber controlarlos.

El gran problema de tener celos

Si no sabemos poner freno a estos celos, llegamos a caer en un infierno del que es difícil salir, tanto para la persona celosa, como para su pareja. Es lo que les sucede a esas personas que creen que su pareja no debe, bajo ningún concepto, implicarse emocional o sexualmente con otras personas, y no dan ninguna opción para que pase nada más.
Para los celosos compulsivos, una infidelidad es una gran tragedia, que les es muy difícil de superar. Su obsesión llega hasta el punto de que vigilan todos los gestos de su pareja, con el supuesto objetivo de impedir su infidelidad.
Uno de los problemas más habituales en las personas extremadamente celosas es que, habitualmente, son personas muy encerradas en si mismas, que se reafirman a su manera a través de la posesión del otro, o la necesidad de controlarle, y todo ello debido a sus sentimientos de inseguridad y envidia.
La persona celosa no dejará de serlo, pero sí que puede controlar los celos que siente. Para conseguirlo hay que tener en cuenta que habitualmente padece un problema de dependencia afectiva, asociada con una baja autoestima. Si consigue dominar estos problemas, tendrá los celos bajo control.






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