Cuando se acerca el 14 de febrero muchas de las personas que están solteras no dejan de pensar que no tienen una pareja con la que celebrar el día de San Valentín. Esta idea puede convertirse en un agobio para los que no saben gestionar su soledad, pero en el fondo todo depende de la perspectiva con la que se mire la situación personal de cada uno.
Para empezar, ¿por qué no considerar el día de San Valentín como el del amor en general? Seguro que sientes amor por mucha gente: amigos, familia, compañeros… no estás solo, aunque no tengas pareja.
Otra idea que no podemos olvidar es que más vale estar solo que mal acompañado. De acuerdo, no estás enamorado. Pero, ¿es mejor estar con alguien a quien realmente no amas por simplemente tener miedo a la soledad? El amor nos llega a todos en un momento determinado de la vida, y no por aferrarnos a él personificándolo en un hombre o una mujer conseguiremos sentirnos mejor. Una mala relación no merece la pena nunca.
¿Y por qué hemos de temer a la soledad? Vivir solos nos ayuda a crecer como personas , a descubrir todo lo que podemos hacer sin apoyarnos en nadie, y quien prueba esta sensación sabe lo gratificante que le resulta, sin duda. Más de una mujer que ha descubierto el encanto de la independencia se lo piensa dos veces a la hora de emprender una nueva relación, porque entonces a lo que sienten miedo es a renunciar a todo lo que les proporciona la libertad.
¿El mejor consejo para los solteros en el Día de San Valentín? Disfrutadlo al máximo, arreglaos, mostrad vuestro lado más sexy y salid a la calle llenos de pensamientos positivos para disfrutar al máximo de la fiesta del amor. ¿Qué mejor que querernos nosotros mismos?